Esta princesa tenía 10 días cuando nos visitó. Se quedó dormida apenas empezamos. Es un poquito difícil que se mantengan dormiditos ya que los colocamos en diferentes posturas y ellos pueden incomodarse un poquito pero se adaptan rápido, aunque todo depende del bebé, unos tienen el sueño más ligero que otros.
Camila estuvo despierta también parte de la sesión, lo más importante es que se mantuvo tranquila, con esto logramos muchas fotitos con sus ojitos abiertos, bostezando y sin llorar. No puedo explicarles la ternura que provoca a quienes estamos alrededor, para nosotros también es un momento mágico!
Cabe recalcar que sus papis también lo estuvieron, así que ellos también merecen halagos! Es lindo cuando los papás disfrutan de la sesión, confían en nosotras y dejan a un lado la ansiedad, este es un momento muy especial y vale la pena sentarse y simplemente vivirlo.